“Lo que daría por quedarme aquí dormida acostada en paz, pero tengo que trabajar,” dijo Bertha Hernández en español.
La residente de Dove Springs de 65 años, como muchos otros en el área, sufre impactos desproporcionados por el efecto isla de calor urbano. Estas islas de calor ocurren en áreas con menos espacios verdes y cubiertas que facilitan que el calor quede atrapado en los edificios y el pavimento, elevando las temperaturas entre cinco y 10 grados más que en otras partes de una ciudad. Las consecuencias del aumento de las temperaturas incluyen recibos de luz más altos y problemas de salud, los cuales imponen una carga más pesada a las comunidades de bajos ingresos con menos recursos y menos inversión urbana.
“Es difícil que alguien te pueda ayudar porque los que nos comprendemos somos los mismos que no tenemos dinero,” dijo Hernández.
Hernández vende tamales y pupusas y sale bajo el calor abrasador para entregar a domicilio su comida casera. Aunque solía ir de puerta en puerta para tomar pedidos, ahora depende de los pedidos telefónicos debido al calor. Este verano, Hernández dijo que ganó menos dinero porque tenía menos acceso a los clientes, lo cual hizo que las crecientes facturas de energía fueran más difíciles de afrontar.
“¿Cuándo vamos a terminar sin hogar?” dijo Hernández. “Porque ¿cómo pagamos renta y cómo pagamos luz? ¿O pagar la renta o pagar la luz?
Hernández dijo que algunos días opta por mantener apagadas las unidades de aire acondicionado para ahorrar dinero, una decisión que puede ser perjudicial para su salud. Según Kevin Lanza, profesor asistente de la Escuela de Salud Pública del campus regional de Austin de la Universidad de Texas Health Houston, dijo que las temperaturas elevadas pueden provocar problemas de salud negativos que van desde sarpullido por calor hasta golpes de calor.
“Estar expuesto a altas temperaturas, ya sea en interiores o exteriores, es un importante problema de salud pública que va más allá de simplemente sentirse incómodo o sudoroso,” dijo Lanza.
Aún así, Hernández dijo que debe seguir saliendo a trabajar para pagar sus cuentas.
“Tenemos que salir adelante, aunque la luz nos de en la cara,” dijo Hernández. “Aunque esté haciendo calor, no podemos quedarnos adentro sin hacer nada. Tenemos que salir a trabajar y ponernos en las manos de Dios y salir adelante.”
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